Resuelve tus dudas sobre la encuesta que deseas realizar: te guiamos paso a paso para que tu encuesta sea perfecta
¿Quieres saber cómo hacer encuestas irresistibles? ¡Entonces has llegado al lugar adecuado!
En contra de lo que mucha gente cree, realizar encuestas es muy fácil. Además, no necesitas una empresa especializada para que la hagan.
En Typeform te lo ponemos muy fácil con nuestras plantillas para encuestas. Así que solo tienes que elegir un diseño que se adapte al tipo de estudio que quieres realizar y seguir estos pasos para hacer una encuesta que te vamos a contar.
Ya te adelantamos que son muy sencillos.
¿Preparado para conocerlos y ponerlos en marcha?
Pues vamos a ver cómo se elabora una encuesta paso a paso.
Estos son los pasos para realizar una encuesta de manera correcta:
Lo primero que tenemos que hacer es fijar claramente los objetivos que buscamos con la encuesta que vamos a hacer. Estas metas se establecen según los motivos por los que vas a realizarla.
Pongamos el siguiente ejemplo:
Decidimos porque queremos lanzar un producto a la venta, y deseamos saber si realmente es interesante hacerlo. Entonces, los objetivos de la encuesta pueden ser conocer los gustos de los consumidores o el nivel de aceptación que dicho producto tendría. De hecho, en líneas generales, algunos de los objetivos más comunes de las encuestas son estos dos, aunque muchos otros como conocer la demanda que tendría un producto o servicio, medir el clima laboral que hay en una empresa o conocer el grado de satisfacción del cliente.
Ya hemos establecido los objetivos, ¿cuál es el siguiente de los pasos para hacer una encuesta? Determinar la población que queremos estudiar.
Nos referimos a un conjunto de personas con características parecidas, de las que deseamos conseguir información cuyo análisis nos permita cumplir con los objetivos de la encuesta.
Siguiendo el ejemplo anterior.
Si el objetivo con el que vamos a realizar nuestra encuesta es conocer la aceptación que tendría un producto, la población estaría formada por los consumidores que dan lugar al mercado objetivo.
Entre los ejemplos más frecuentes de población a estudiar en una encuesta tenemos los siguientes:
Los consumidores que forman un mercado determinado.
Los clientes de una empresa.
Los trabajadores de una compañía.
Los dueños de negocios de un sector concreto.
Cuando tengamos la población ya determinada, identificaremos la información que debemos recolectar, que son aquellos datos procedentes de la población que permitan, tras su análisis, cumplir con los objetivos de la encuesta. Si queremos saber el grado de aceptación de un producto nuevo, esa información puede ser el gasto promedio de la población en productos similares o sus intenciones de compra. También podemos intentar recopilar información sobre sus motivaciones, preferencias, costumbres, estilos de vida, hobbies, etc.
Ya sabemos cuáles son los objetivos por los que vamos a realizar nuestra encuesta y a quién vamos a dirigirla. Además, hemos identificado la información a recopilar. Ahora nos toca una parte más amena: diseñar la encuesta. En realidad, tendremos que fijarnos en cómo desarrollar correctamente el cuestionario, que tendrá las preguntas que nos permitan conseguir la información que necesitamos.
Lo importante de este paso es que la estética sea agradable. Es más fácil que la gente responda si le planteas un diseño bonito. Si no sabes cómo diseñar una encuesta, ¡no pasa nada! ¿Has visto todos los diseños que tenemos en Typeform? Sabemos que te costará elegir solo uno ;) Una vez que sepamos el modelo a utilizar, estableceremos las preguntas.
Continuemos con el mismo ejemplo, en el que necesitamos conocer la aceptación que podría tener un producto. En ese caso, podríamos hacer algunas de las siguientes preguntas:
¿Probaría usted este nuevo producto?
¿Cuánto suele gastar de media en productos parecidos?
¿Cada cuánto tiempo suele comprar productos similares a este?
Imaginemos ahora que la información que necesitamos es la que nos permita saber cuáles son los gustos y preferencias de los consumidores con relación a un producto. Entonces podríamos preguntarles:
¿Qué es lo primero que tiene usted en cuenta cuando compra un producto de este tipo?
¿Qué le cambiaría o le añadiría a un producto como este?
Hay un aspecto especialmente importante que debes tener en cuenta si quieres saber cómo se realiza una encuesta correctamente y es que las preguntas pueden ser cerradas o abiertas. Hablamos de preguntas cerradas cuando el encuestado solo puede responder a las alternativas que se le ofrecen, por ejemplo:
¿Qué es lo primero que tiene usted en cuenta cuando compra un producto de este tipo?:
El precio
La calidad
La marca
Las preguntas abiertas son aquellas en las que el encuestado tiene libertad para responder con sus propias palabras.
Un ejemplo de pregunta abierta podría ser:
¿Qué mejoras cree usted que podríamos hacer en nuestro servicio?
Es evidente que las preguntas cerradas se contabilizan más rápidamente y que tienen un análisis más sencillo. Las preguntas abiertas llevan más tiempo y conllevan un análisis más complicado. Pero también es cierto que estas últimas permiten obtener conclusiones de mucha relevancia y que no se pueden conseguir si se ofrecen preguntas cerradas. Por ello, lo más aconsejable es combinar ambos tipos de encuestas.
¡Ya tenemos el cuestionar listo! Entonces, antes de pasar al siguiente paso, debemos calcular la muestra, que es el número de personas representativo de la población a la que pretendemos encuestar, y por lo tanto, el número de encuestas que vamos a hacer. Tan solo vamos a encuestar a una muestra, ya que al hacerlo podemos obtener datos representativos sin tener que encuestar a la población completa, lo cual nos llevaría demasiado tiempo, esfuerzo y dinero. Normalmente, la muestra se consigue mediante una fórmula estadística, que en resumen sería esta:
n = (Z²pqN) / (Ne² + Z²pq)
n: la muestra.
N: población.
Z: nivel de confianza (suele utilizarse un nivel de confianza de 95% o 90%, y cuanto mayor sea el nivel de confianza, mayor confiabilidad tendrán los resultados, pero también será mayor el número de la muestra).
e: grado de error que puede haber en los resultados (se suele utilizar un grado de error de 5% o 10%, y cuanto menor sea el margen de error, los resultados serán más válidos, pero el número de la muestra será mayor).
p: probabilidad de ocurrencia (lo normal es utilizar una probabilidad de ocurrencia de 50%).
q: probabilidad de no ocurrencia (al igual que en caso anterior, y como contrapartida, se utiliza un 50% también).
El siguiente paso es recoger la información que se necesita, haciendo efectiva la encuesta.
El encuestador tendrá que contactar con los encuestados por la calle, en su casa u oficina, o bien por teléfono, y hacerle las preguntas que hemos incluido en el cuestionario, recogiendo las respuestas. También puede enviar un cuestionario por correo postal o por email, para que las personas preguntadas lo cumplimenten.
Si se decide hacer un trabajo de campo, es decir, salir a la calle a preguntar a los encuestados, habrá que planificarlo bien. Dicha planificación debe incluir la selección y contratación de los encuestadores; capacitarlos para que hagan las preguntas de forma adecuada; organizarlos en grupos o equipos de trabajo; y determinar dónde se hará la encuesta, en qué fecha y hora, y cuánto tiempo durará.
Hecho esto, la información recolectada se contabiliza y procesa, para que su análisis, que es el siguiente paso, sea más fácil. Para ello cogemos los resultados, calculamos los porcentajes que correspondan a cada uno de ellos, y después los representamos a través de gráficos estadísticos, que pueden ser de los siguientes tipos:
Gráficos de barras.
Gráficos de sectores circulares.
Gráficos de líneas o tendencias
Histogramas de frecuencias.
Polígonos de frecuencias.
Histogramas de frecuencias acumuladas.
En último lugar tendremos que analizar e interpretar la información, para extraer las conclusiones correspondientes. Si por ejemplo la pregunta fuera: ¿probaría usted este nuevo producto?, y hubiésemos obtenido los siguientes resultados:
Sí: 90%
No: 7%
No sabe/no contesta: 3%
Podríamos llegar a la conclusión de que la gran mayoría de los consumidores estaría dispuesto a probar el nuevo producto que se pretende sacar el mercado. Esto supone a su vez que podría tener una buena acogida si resultara ser mejor que los productos de la competencia, o si marcara una diferencia con respecto a los mismos.
Aunque los resultados de cada pregunta tendrían que dar la posibilidad de obtener conclusiones, el conjunto de los resultados de todas las preguntas también debería permitir extraer conclusiones generales, como la siguiente:
“De las respuestas a las preguntas anteriores se podría sacar la conclusión de que lanzar al mercado este nuevo producto es viable, ya que la mayor parte de los consumidores estarían dispuestos a probarlo, y que estos, cuando compran productos de este tipo, tienen en cuenta el precio antes que la marca de los mismos”.
Hasta aquí hemos visto cómo se hace una encuesta correctamente, paso a paso. Pero también es fundamental tener en cuenta una serie de pautas para que sea todo un éxito.
Lo mejor es agrupar las preguntas similares para que la encuesta tenga lógica y esté correctamente enfocada. Las instrucciones, los saltos de página y los títulos de las páginas son una buena ayuda para comprender las preguntas y saber por qué se hacen.
Si utilizas una misma pregunta en una serie de encuestas, o envías otra vez la misma encuesta cuando pase el tiempo, podrás crear una referencia y monitorizar los cambios de actitud en los encuestados.
Podemos imaginar que a los participantes no les va a gustar que las encuestas sean demasiado largas. Así que esto es algo que no debemos olvidar: que el número de preguntas que hagamos sea el mínimo necesario para conseguir la información que necesitamos.
Las preguntas más importantes suelen estar en primer lugar. Pero hay que tener presente que ciertas preguntas, de tipo personal, pueden echar para atrás a algunos encuestados. Así que si realmente hace falta hacerlas, lo mejor es dejarlas para las últimas.
Es muy importante formular las preguntas de forma que se refieran a una única idea, y no a varias al mismo tiempo, para que los encuestados no tengan problema al entender su sentido. Si las preguntas son más imprecisas o abstractas, o si tienen varias secciones, pueden llevar a la confusión.
Todo aquello que pueda ser interpretado de distintas formas debe explicarse con claridad. Por ejemplo, puedes aclarar si tu pregunta se refiere a la orientación política del encuestado o a su manera de ver la vida.
El problema de este tipo de preguntas es que no tienen la capacidad de captar la indecisión de los encuestados, ni ciertos matices que puedan tener en sus opiniones. Así que siempre que sea posible, es mejor no recurrir a este tipo de preguntas.
En el momento en que se pone frente a los encuestados una matriz, estos intentan llenar los espacios en vez de poner atención a las preguntas. Algo que redunda en una peor calidad de la información conseguida.
A la hora de diseñar alternativas para que los encuestados respondan, debes utilizar frases como “poco probable” o “muy probable”, en vez de escalas de número para mostrar el nivel de preferencia. Las respuestas con palabras son mucho más fáciles de entender. Te aconsejamos utilizar la escala Likert.
El objetivo es hacer una encuesta en la que las personas preguntadas puedan mantener su atención, por lo que es importante que sean cuestiones con las que se sientan directamente identificados. ¿A que no es para tanto como pensabas? Como puedes ver, los pasos para realizar una encuesta son cuestión de pura lógica. ¡Ánimo y a por la tuya!